Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2025-11-01 01:54

COP 30: HACIA LAS EMISIONES CERO

Fecha Publicación: 31-10-2025

La Conferencia de las partes (COP) se llevará a cabo en la ciudad de Belém, Brasil, del 10 al 21 de noviembre de 2025. La pregunta es: ¿realmente se cumplirán los compromisos establecidos en 2015 tanto en la Agenda 2030 como en el Acuerdo de París de 2015?

A 10 años de la firma de ambos instrumentos por la comunidad internacional, la respuesta es incierta, ya que la tendencia de los compromisos de los países muestra un claro declive. Según el informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, solo el 17% de las 169 metas que contienen los 17 ODS están por cumplirse. Lo anterior tuvo mucho que ver con la pandemia de COVID-19 y con los conflictos armados y tensiones geopolíticas.

En lo que respecta al Acuerdo de París, los países deben aumentar su ambición climática presentando nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional si se quieren cumplir con los 3 objetivos: mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2°C, con esfuerzos para limitarlo a 1.5°C, incrementar las capacidades de adaptación y resiliencia y alinear los flujos financieros. Eso se traduce en reducir el calentamiento global basado en los enfoques de adaptación y mitigación.

Desgraciadamente, los países más desarrollados están financiando la industria fósil y armamentística y han ralentizado las transformaciones de la Agenda 2030. Además, siguen faltando mecanismos para proteger a las personas más vulnerables y los recursos económicos prometidos a los países del Sur Global siguen sin entregarse en su totalidad. Tampoco se han impulsado medidas para fomentar la economía circular y la democracia registró un mínimo histórico en 2024. Con datos del Banco Mundial, el 72.5% de la población mundial vive en países con derechos restringidos.

Las expectativas de tener una respuesta a la emergencia ambiental, es decir, a la crisis climática, a la pérdida de biodiversidad y a la contaminación atmosférica y oceánica, no se aprecian en el futuro inmediato. Si a esto se le agrega la crisis democrática, las amenazas contra la agenda feminista, los desplazamientos forzados a causa de las guerras y desastres naturales, la situación se torna poco favorable. Todos estos acontecimientos producen el círculo vicioso de pobreza, hambre y por ende, aumentan la brecha en las desigualdades sociales.

Parece que la comunidad internacional tiene puesta la mirada en la seguridad económica y energética y no en la seguridad humana o en la crisis climática. Mientras no se tenga un plan claro y vinculante que involucre a los gobiernos y a las empresas para cumplir con la transición justa y con la financiación climática, poco se logrará.

China y Estados Unidos son los países más contaminantes. El primero con un 30.7 % de las emisiones de CO2 mundial y el segundo con un 12.5 %, recordando que este ya no es parte del Acuerdo de París por segunda ocasión. La esperanza es que China se siga comprometiendo a disminuir sus emisiones de CO2 en la COP 30 y presione a otros países, incluyendo a los Estados Unidos para lograr los compromisos del 2015 en pro del bien común y trazar el camino hacia las emisiones cero.

Participación en El Economista