Publication Date: 19-06-2024
Entre el 13 y 15 de junio tuvo lugar en Apulia, Italia, la 50 Cumbre del G7, mecanismo de diálogo de los líderes de las siete principales economías desarrolladas: EUA, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Japón, más la Unión Europea. Esta cumbre adquiere relevancia no sólo por haber reunido a los Jefes de Estado y Gobierno de estos países en un momento de visibles conflictos armados y tensión internacional, sino por la definición de prioridades del Grupo para la agenda de seguridad internacional.
Al repasar el extenso comunicado conjunto aprobado por los líderes, no sorprende la consistencia con declaraciones previas, y aunque se ha señalado que algunos avances en temas en identidad de género, aborto o derechos LGTBI+ no encontraron cabida, en parte por la visión de ultraderecha de la anfitriona, la primera ministra Meloni, la impronta de este documento para el momento actual es muy clara en temas de paz y seguridad.
El respaldo a Ucrania se asoma desde el inicio. Con presencia en sala del presidente Zelenski, los líderes acordaron un nuevo plan para proveer por hasta 50 mil millones de dólares al gobierno ucraniano, financiados en parte por los intereses que generan los activos estatales congelados a Rusia; clara señal de firmeza ante el gobierno de Putin.
El comunicado recoge una reafirmación del multilateralismo, y una alusión directa a la Carta de las Naciones Unidas y al papel de este organismo para un orden internacional basado en reglas. Estos mensajes parecerían retórica, de no ser por el contexto de las tensiones generadas por Israel con el Secretario General y las agencias de la ONU, en especial UNRWA (Agencia para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente). Viniendo del G7, se recibe entonces una visión sobre paz y seguridad internacionales que mantiene confianza en la ONU.
Sobre Israel y Palestina, el grupo se pronunció por la instrumentación del plan para un cese al fuego definitivo esbozado por Estados Unidos y el llamado urgente de la ONU. En cuanto a las tensiones con Corea del Norte, en el mar del Sur de China y el estrecho de Taiwán, es significativo que el G7 haya enmarcado su posición con un fuerte señalamiento en contra de lo que califican como prácticas económicas y comerciales injustas del gobierno chino.
Pero fueron dos nuevos temas, en comparación con cumbres anteriores, los que adquirieron notoria prioridad en esta ocasión: inteligencia artificial (I.A.) y ciberseguridad. En cuanto a I.A., las alusiones a un marco ético para su diseño y uso fueron centrales. Se dedicó una sesión al máximo nivel para abordar los desafíos que presenta esta tecnología, y los beneficios que puede desencadenar para el desarrollo, siempre que se cierren las enormes brechas digitales existentes. Fue sin duda visible la participación del papa Francisco como invitado especial a la Cumbre, pero más relevante su llamado directo a la prohibición de las armas autónomas letales, a sabiendas de que la visión del G7 es contraria, más bien basada en el establecimiento de estándares de uso responsable, así como de controles para la seguridad desde el diseño.
En estrecho vínculo con la discusión sobre inteligencia artificial, pero con apartado propio en el comunicado conjunto, la ciberseguridad fue también priorizada por el G7. La convergencia resulta positiva, ya que el ciberespacio es el habilitador de tecnologías como la inteligencia artificial, y de ahí la necesidad de proteger y normar la infraestructura crítica de comunicaciones que crea el ciberespacio y asegurar las cadenas de suministro. La mención directa en el comunicado al futuro Plan de Acción de las Naciones Unidas como foro central, deja testimonio de la preferencia del G7 para mantener en el ámbito de la Primera Comisión de la Asamblea General de la ONU -donde se abordan los asuntos de paz y seguridad internacionales- todos los temas de ciberseguridad.
A la vista de la participación, como invitados, de otros Jefes de Estado como Milei, o Lula en su calidad de presidente en turno del G20, conviene advertir que se abre una ventana de oportunidad para el próximo gobierno de México no solo para consolidar puentes con las economías desarrolladas haciendo eco de los temas tradicionales de política exterior, sino para insertarse en la discusión sobre estos nuevos temas de seguridad internacional con visión propia e incorporando enfoques más cercanos al desarrollo, la cooperación y la necesidad de disminuir las brechas tecnológicas.
*Senior Fellow de COMEXI. Director Senior para Ciberseguridad y Comunicaciones Estratégicas en FTI Consulting. Miembro de grupos de expertos en ONU y OEA, con amplia trayectoria previa en la SRE. Isaac.Morales@fticonsulting.com
Participación en El Sol de México