Publication Date: 04-11-2024
El pasado sábado 26 de octubre se celebraron elecciones parlamentarias en el pequeño país del Cáucaso, Georgia, una nación que en su momento fue el de mayor avanzada hacia Occidente, impulsada por la "Revolución Rosa" de Misha Sakkashvili en 2003. Tras dos mandatos sucesivos de cuatro años cada uno, Sakaasvishvili y su partido UNM (Movimiento de Unidad Nacional) fueron derrotados en 2012, tomando el liderazgo el partido GD (Sueño Georgiano), liderado por el oligarca ruso-georgiano Bedzina Ivanishvili.
Estas elecciones no pueden ser analizadas de forma aislada de lo que sucede a nivel regional y mundial: la invasión de Rusia a Ucrania, la polarización del mundo, el fortalecimiento del grupo BRICS y las elecciones celebradas hace una semana en Moldova, otro país de la ex Unión Soviética en proceso de adhesión a la Unión Europea.
Georgia fue el primer país de la ex Unión Soviética invadido por Rusia en 2008, lo que resultó en la pérdida de los territorios de Abjasia y Osetia del Sur, aproximadamente el 25% de su territorio. Hoy en día, estos territorios son considerados independientes por Rusia y otros pocos países, y han firmado un acuerdo de protección mutua con Rusia; por esta razón, hay tropas rusas a menos de 50 km de Tbilisi, la capital georgiana.
¿En 2014, Georgia, Ucrania y Moldova suscribieron un acuerdo de asociación y un tratado de libre comercio con la Unión Europea, el primer paso para obtener el estatus de candidatos a la UE e iniciar recientemente negociaciones detalladas en los casos de Ucrania y Moldova.
Durante los 12 años de gobierno del GD, el país se ha desarrollado fuertemente en términos económicos. Aunque con recursos naturales limitados y poca industria, el crecimiento se ha sustentado en una economía agrícola (incluidos vinos y agua mineral), servicios, logística regional y turismo. A raíz de la guerra en Ucrania, varios cientos de miles de rusos emigraron a Georgia, dando un impulso adicional a la economía.
En este mismo período, la Constitución del país fue modificada para incorporar la aspiración euroatlántica (Unión Europea y OTAN) como objetivo esencial de las acciones de gobierno. Si bien el GD se declara pro-europeo, varias de sus acciones y su discurso, sobre todo desde 2022, muestran importantes diferencias en relación con áreas en las que la UE ha solicitado avances para continuar con las negociaciones de adhesión: independencia del poder judicial, combate a la corrupción, reducción de la influencia de los oligarcas en la economía (particularmente la de Ivanishvili, derechos humanos, transparencia y gobernanza.
En particular, la adopción de la llamada “ley rusa” para designar ONG financiadas por extranjeros y la ley que restringe las libertades de los miembros de la comunidad LGBT han provocado un fuerte distanciamiento y recriminación mutua entre ambas partes.
Las encuestas preelectorales y las dos encuestas de salida post-electorales independientes daban al GD una victoria con aproximadamente el 40% de los votos. Sin embargo, los resultados oficiales han otorgado al GD una mayoría del 54%, el porcentaje más alto desde 2012.
Además de que este resultado no concuerda con las expectativas, se han denunciado numerosas irregularidades que incluyen el uso de recursos del Estado para comprar votos, intimidación y coerción antes del día de la votación, así como interferencias explícitas en las casillas, boletas tachadas y anomalías en el recuento de los votos.
La Unión Europea y Estados Unidos no han reconocido los resultados de las elecciones y han exigido a las autoridades una investigación minuciosa de todas las denuncias de posible fraude electoral. Los observadores y las ONG locales han documentado y publicado estas prácticas a través de redes sociales; además, han presentado análisis estadísticos para demostrar que hubo un gran fraude. Hungría, Azerbaiyán y Armenia han reconocido los resultados y felicitado al GD; de hecho, el primer ministro de Hungría, Orban, realizó una visita urgente a Georgia en apoyo al GD.
Los cuatro partidos de oposición con más del 5% del electorado y la presidenta del país, Salome Zourabichvili, tampoco han reconocido los resultados. Se han negado a participar en el próximo parlamento y han llamado a manifestaciones pacíficas en defensa del voto.
En los próximos días, veremos hacia dónde se dirige el proceso electoral: si hacia la aceptación del resultado de unas elecciones poco convincentes o a la rectificación de los resultados.
Por lo pronto, la Unión Europea ha confirmado que el proceso de adhesión se mantendrá congelado mientras no haya aclaraciones sobre las prácticas fraudulentas y avances en los nueve temas ya identificados.
Participación en La Silla Rota