Fecha Publicación: 14-07-2025
El sector energético de México vive una transformación crucial, impulsado por una demanda creciente y la necesidad de mayor confiabilidad y ambiciosos objetivos de energía limpia. Este complejo escenario se define por la evolución de la infraestructura energética nacional, el papel de las instituciones clave y los cambios regulatorios fundamentales.
Se espera que el consumo de electricidad en México crezca un 2.8% anual hasta 2037, presionando al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), especialmente por la limitada inversión en la modernización de la red de transmisión gestionada por la CFE. La fuerte dependencia del gas natural importado de EU (60%-80% de la generación eléctrica) nos expone a riesgos de suministro.
Para contrarrestar esto, la CFE planea invertir más de 620 mil millones de pesos para fortalecer la soberanía energética, incrementando la capacidad de generación en 22,674 MW con proyectos públicos y privados (eólicos, solares, ciclo combinado). Un avance clave es la regulación de los Sistemas de Almacenamiento de Energía Eléctrica (SAE) por la CRE, que prometen reducir costos hasta un 40% y hacer la red más resiliente, con la CFE planeando casi 2 GW de capacidad de baterías para 2030. A pesar de un enorme potencial, la energía geotérmica (México es de los top 6 mundiales) solo representa el 1.5%-2% de la electricidad nacional, limitada por su alta inversión inicial.
El marco institucional ha cambiado. La CRE fue eliminada y sus funciones pasaron a la SENER, generando la particularidad de que el gobierno es ahora regulador y participante del mercado. La CFE ha visto su rol fortalecido por la nueva Ley del Sector Eléctrico, que le asegura un mínimo del 54% de la electricidad inyectada en el SEN, limitando la participación privada.
A pesar de que la Ley General de Cambio Climático establecía un 35% de energía limpia para 2024, no se cumplió debido a cambios "regresivos" que priorizaron a la CFE y eliminaron incentivos como los Certificados de Energías Limpias. Si bien la nueva administración de Claudia Sheinbaum se ha comprometido con un ambicioso 45% de energía renovable para 2030, expertos lo consideran "muy difícil" dado que la generación limpia ha disminuido. La lentitud en los permisos (3-4 años) es un obstáculo crítico.
Sin embargo, la Secretaría de Energía ha anunciado una reapertura a una significativa inversión privada en generación eléctrica (entre 6,000 y 9,000 millones de dólares para 2030). Esta nueva visión busca un equilibrio entre CFE y el sector privado. La revisión del TMEC en 2026 será fundamental para definir la certeza de inversión.
En suma, el futuro energético de México depende de un delicado equilibrio entre el desarrollo de su infraestructura, la evolución de sus instituciones y la eficacia de su marco regulatorio. ¿Podrá México lograr la inversión privada necesaria y agilizar sus procesos para impulsar una transición energética real y sostenible?
Participación en La Silla Rota