Por qué México no puede postergar su apuesta estratégica con Europa
Héctor Cárdenas / A pocas semanas de que el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales presente un nuevo análisis sobre la modernización del Acuerdo Global entre México y la Unión Europea, vale la pena detenernos a reflexionar por qué este instrumento —negociado con paciencia durante casi una década— es hoy más relevante que nunca para la estrategia internacional y de desarrollo de México. El momento no es casual. México se encuentra en un entorno internacional marcado por una creciente fragme
Héctor Cárdenas / A pocas semanas de que el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales presente un nuevo análisis sobre la modernización del Acuerdo Global entre México y la Unión Europea, vale la pena detenernos a reflexionar por qué este instrumento —negociado con paciencia durante casi una década— es hoy más relevante que nunca para la estrategia internacional y de desarrollo de México.
El momento no es casual. México se encuentra en un entorno internacional marcado por una creciente fragmentación geopolítica, tensiones comerciales recurrentes y un grado de incertidumbre inédito en su relación con Estados Unidos, su principal socio económico. En este contexto, avanzar con rapidez en la ratificación e implementación del Acuerdo Global Modernizado con la Unión Europea no es solo una buena noticia comercial: es una decisión estratégica de primer orden para diversificar riesgos, fortalecer alianzas y ampliar el margen de maniobra internacional del país.
El análisis que COMEXI dará a conocer pone el acento en un punto central: la modernización del Acuerdo Global no debe entenderse como una mera actualización técnica de un tratado vigente desde el año 2000, sino como una herramienta integral de política exterior y desarrollo económico. El nuevo acuerdo articula de manera más ambiciosa sus tres pilares —diálogo político, cooperación y comercio— incorporando compromisos en sostenibilidad, transición energética, digitalización, inversión, derechos laborales y cooperación tecnológica, en línea con los grandes ejes de transformación de la economía global.
Desde la perspectiva mexicana, los beneficios potenciales son significativos. El acceso ampliado y modernizado al mercado europeo —el mayor bloque económico del mundo—, la eliminación progresiva de aranceles para una proporción sustantiva de bienes agroalimentarios e industriales, la apertura de oportunidades en compras públicas y el fortalecimiento de la protección a las inversiones crean condiciones favorables para una inserción más sofisticada de México en cadenas globales de valor. Estas oportunidades son particularmente relevantes en sectores estratégicos como energías renovables, manufactura avanzada, digitalización industrial, biotecnología y economía circular, donde Europa busca socios confiables y de largo plazo.
Pero el análisis de COMEXI es claro en subrayar que el verdadero valor del Acuerdo Global Modernizado va más allá de las cifras comerciales. En un contexto de tensiones geoeconómicas, el acuerdo refuerza la proyección internacional de México como un actor comprometido con el multilateralismo, el Estado de derecho, el comercio basado en reglas y el desarrollo sostenible. Al profundizar su relación con la Unión Europea, México envía una señal inequívoca de diversificación estratégica y de apuesta por alianzas equilibradas con distintos centros de poder, sin abandonar —pero sí complementando— su estrecha integración con América del Norte.
Esta dimensión estratégica cobra especial relevancia ante la volatilidad que caracteriza hoy la relación México–Estados Unidos. Sin caer en lecturas dramáticas ni en falsas disyuntivas, el análisis señala que reducir vulnerabilidades externas pasa necesariamente por ampliar y consolidar otros vínculos de alta densidad económica y política. La Unión Europea aparece, en este sentido, como un socio natural y subutilizado, con el que México comparte valores, intereses de largo plazo y una historia de cooperación que cumple ya 25 años bajo el marco del Acuerdo Global.
Ahora bien, el documento también advierte sobre los riesgos de la inacción. El proceso de ratificación —complejo por la naturaleza mixta del acuerdo en el ámbito europeo— exige una estrategia diplomática activa y coordinada. Otros países de América Latina han avanzado con mayor rapidez en sus acuerdos con la Unión Europea, lo que incrementa la competencia por inversiones, proyectos estratégicos y acceso preferencial al mercado europeo. Para México, postergar decisiones o minimizar la importancia política del proceso implicaría perder una ventana de oportunidad difícil de recuperar.
De ahí que uno de los mensajes centrales del análisis sea la necesidad de actuar con sentido de urgencia. Acelerar la ratificación en el Senado mexicano, fortalecer las capacidades institucionales para la implementación, acompañar a las pymes en su proceso de internacionalización y articular mejor la diplomacia económica con una política industrial moderna son condiciones indispensables para traducir el acuerdo en resultados tangibles. Sin estos esfuerzos, el Acuerdo Global Modernizado corre el riesgo de quedarse en el papel.
En este contexto, la decisión de COMEXI de elaborar y difundir este análisis adquiere una relevancia particular. Fiel a su vocación como espacio plural, independiente y de reflexión estratégica, COMEXI busca colocar el debate sobre la relación México–Unión Europea en el centro de la agenda pública y de la toma de decisiones. Este documento no solo sintetiza los beneficios y desafíos del acuerdo, sino que propone líneas de acción concretas para maximizar su impacto en la economía y la proyección internacional de México.
En las próximas semanas, COMEXI estará difundiendo ampliamente este análisis entre actores clave: responsables de política pública, legisladores, sector empresarial, academia y aliados internacionales. La intención es clara: contribuir con evidencia, análisis riguroso y visión de largo plazo a una discusión que será determinante para el futuro posicionamiento de México en el mundo.
La modernización del Acuerdo Global con la Unión Europea representa una oportunidad estratégica que México no puede darse el lujo de postergar. En un entorno internacional incierto, apostar por alianzas sólidas, diversificadas y basadas en valores compartidos es una señal de madurez y de visi��n de Estado. Con este nuevo análisis, COMEXI reafirma su compromiso de seguir impulsando la reflexión estratégica sobre los grandes temas de la política exterior mexicana y de aportar insumos útiles para la toma de decisiones en un momento clave para el país.
Participación en La Silla Rota